Ojo del Padre: es la mirada de un Dios que es Padre lleno de Amor y Misericordia. El ama con un amor personal y me eligió para una misión original. Mi vida tiene sentido cuando vivo en alianza con el Dios de la historia.
Vivir en alianza significa descubrir su presencia cercana en los grandes y pequeños acontecimientos de cada día y dar una respuesta concreta. Porque de El vengo y hacia El regreso.
Las manos: simbolizan las manos de nuestro Padre y Fundador. El no pisó tierra paraguaya pero ya estuvimos presentes en su corazón cuando habló de las reducciones jesuíticas en los años 1915 al 17 como modelo de evangelización y misión para los conguegantes héroes. Sus manos tocan la tierra como expresión de la misión concreta de nuestra Familia de Schoenstatt en Paraguay; ser “NACIÓN DE DIOS, CORAZÓN DE AMÉRICA”. El Padre nos mira personalmente y nos dice: “¿Hija vas conmigo?...”
Sus manos forman el Santuario, que es el taller donde en la fuerza de la Alianza de la Mater y el Padre nos educan y envían como corazón de la Nación de Dios.
Tierra: es nuestro campo de acción. Es el ambiente concreto (mi casa, el colegio, la universidad, el trabajo, los lugares a donde voy, mi patria, el mundo...) donde la fuerza de irradiación del sol ilumina la oscuridad del mundo y transforma todos aquellos antivalores que destruyen a la persona y a la sociedad.
Corazón de ñanduti: el núcleo del símbolo, ser corazón de la Nación de Dios. Un corazón de ñanduti, un corazón de mujer paraguaya. Mujer fuerte y femenina, generosa y heroica. El ñanduti se confecciona con un solo hilo. Nosotras queremos ser autéticas de una sola pieza.
Un corazón que deja pasar la luz, que no es absorbente y egoísta. Que no se envuelve en celos, intrigas, mentiras.
El sol: es la fuerza de irradiación del corazón. Y esto ¿que significa? Ser una personalidad que irradia y conquista por su testimonio coherente.
Mi corazón debe ser el de la Mujer vestida de Sol, la Mujer Sol: MARÍA. Ella recibe la luz de Cristo. Esa mujer victoriosa que pisa la cabeza de la serpiente. Su ser es armónico porque el centro de su corazón es Dios.
Mi testimonio debe ser vital, fuerte, transparente. Sin miedos porque mi fuerza está en la alianza de amor. Y por eso es un testimonio que conquista y atrae.
Tres valores de verdad, justicia y amor (pilares de la Nación de Dios) son los tres rayos del sol que tocan la tierra. Son los valores por los que se juega una “Mujer vestida de Sol, corazón de la Nación de Dios”
La azucena y la cruz: es el motor secreto del corazón. Y esto ¿que significa?. Es una opción clara por conquistar una vida afectiva ordenada y pura aunque me cueste.
Esta opción hoy en día nos exige renuncias y sacrificios en nuestra auto educación. Por eso la cruz traspasa el corazón. Es un lucha que cuesta pero que nos conduce a la victoria: ser personalidades auténticas y maduras.
La cruz tiene la forma de la nueva evangelización, queremos conquistar el mundo para Dios y eso empieza en nuestro interior. Nadie da lo que no tiene
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